Seli:
el robot cariñoso de asistencia a la tercera edad

Seli es un pequeño robot social de asistencia para personas de la tercera edad que viven solas. Su objetivo es el de ayudar a
que se sientan seguras, cuidadas y amadas. Entre otras funciones, Seli es capaz de entablar pequeñas conversaciones,
resolver dudas, reproducir música o simplemente demostrar emociones al sentirse abrazada por medio de ruidos, vibraciones
y movimientos.
Con el objetivo de evocar sentimientos de cariño y amor, Seli busca tener una apariencia suave, redonda, esponjosa y achuchable.
Esto lo consigue, entre otras cosas, por su capa experior de pelo, incorporada también tras un estudio muy positivo sobre las
Terapias Asistidas por Animales (TAA). Además, busca evocar un sentimiento de nostalgia al asemejarse a los robots característicos
del pasado.
Sus características le convierten en un robot especializado en la salud mental del usuario, pero también lleva a cabo actividades
que buscan su seguridad y la tranquilidad del anciano y de sus seres queridos. Por ello, Seli viene acompañada de una pulsera
que ayuda a mantener al usuario siempre en contacto con el sistema, detectando así posibles caídas o problemas; y pudiendo
avisar en tal caso a los servicios de emergencia o familiares.
El enunciado del proyecto consistía en desarrollar un aparato de asistencia a personas de la tercera edad para la empresa española Grupo ADD.
Bajo este pretexto se estudiaron los robots de la marca, y otros robots experimentales utilizados en residencias de ancianos en los últimos años.
Resultó curioso ver que los usuarios acababan cogiendo cariño a los pequeños androides, y los besaban y cargaban en brazos, como si de sus mascotas
se tratasen.
A raíz de esa observación surgió la idea de desarrollar un robot suave y achuchable como un peluche, pero que desarrollara funciones inteligentes
que facilitaran la vida de sus usuarios y de los seres queridos que les rodean.
Para empezar se realizaron estudios de la soledad en ancianos y de las TAA, comprobando así que las ideas iniciales estaban en lo cierto. Luego se estudió la competencia, tanto de los robots sociales como de aquellos que tienen apariencia dulce y peluda. Finalmente se realizaron entrevistas personales para comprender mejor las necesidades de los usuarios.
Teniendo en mente los requisitos que debía tener el robot, comenzó la fase de ideación. Se realizaron numerosos bocetos, además de una maqueta con la que poder hacer roll play. Se escogió buscar la nostalgia mediante las formas del robot para apelar al cariño del usuario, además de escogerse colores neutros para adaptarse a la edad de sus clientes.
Finalmente se debía mostrar el resultado final de una manera realista y que apelara a los sentimientos del espectador. Se crearon renders para mostrar sus distintas vistas y expresiones, además de montajes fotorrealistas y animaciones para poder explicar de manera visual algunas de las funciones del producto.